Tal día como hoy, hace 12 años mi compañero de aventuras, mi cómplice en esta vida loca se iba de mi lado, emprendía un nuevo camino en el que yo no podía acompañarle, un camino que algún día haré como todos los mortales, pero que lamentablemente él inicio demasiado pronto.
Desde aquel fatídico 20 de octubre de 2007, tuve que comenzar una nueva senda, más difícil para mí porque debía hacerla en solitario y con el corazón roto. En todo este tiempo mi hijo ha sido el motor de mi vida, el que me dio y me da aliento cada día, quien logra que se me olviden las dudas, los miedos o la incertidumbre. Mis amigos también han sido una parte muy importante; sin su apoyo y cariño no habría logrado llegar hasta aquí, por supuesto el cariño de mi familia y mi trabajo, pilar fundamental con en el que me vuelco y disfruto cada día compartiendo con todos vosotros, mis queridos rosaventeros, lo divino y humano que acontece a nuestro alrededor.
Juan está en mi recuerdo todos los días, solo con mirar la cara de mi hijo, le veo en él y mientras escribo estas líneas se me saltan las lágrimas porque siempre le tendré en mi corazón y nunca jamás olvidaré lo que supuso y supone para mi haber sido su compañera, su chica, su musa, como tantas vece me decía.
La vida sigue y cuando menos te lo esperas te sorprende, llegando a tu vida personas que logran completar ese vacío que tenías desde hace tanto tiempo. Personas que te llenan de felicidad.
Solo quería compartir con vosotros mis sentimientos y recuerdos y agradeceros ¡Siempre! ¡Siempre! que nos apoyéis y arropéis cuando hacemos cualquier acto recordando a nuestro añorado Cebrián.
Hoy, en vez de estar triste, intentaré estar encantada y feliz como una lombriz recordándole y seguro que muy pronto nos vemos en un evento en su honor por Madrid.
¡Fuerza y honor a todos los guerreros y amigos de Juan Antonio Cebrián!